Esta es la respuesta que escucho y repito en muchas ocasiones.
Algunos creen que vivir es simplemente atravesar procesos, mientras que otros piensan que no son necesarios y centran su atención únicamente en los resultados.
No estoy cuestionando el valor de esos resultados, ya que creo que son muy importantes. Pero más allá de debatir sobre la importancia de los procesos, te pregunto: ¿Dónde diriges tu atención cuando tienes un objetivo? Te hago esta pregunta porque la atención precede a la energía y el sentir avanza de la mano con ambos.
“Donde ponemos la atención, ponemos la energía física y emocional.”
¿Qué te viene a la cabeza al leer esta frase? Me encantaría escucharte; te invito a que compartas tus pensamientos en los comentarios.
Es crucial observar dónde estoy poniendo mi atención. Puede ser en algo lejano, puede ser en cada paso hacia eso que está en la distancia. Personalmente, mi atención se centra en ambos lugares. Lo que intento es que esa atención sea dinámica y no se quede fija ni en el destino ni en los pasos que me llevan hacia él. La atención en el objetivo es hacia donde quiero llegar, y los pasos son el recorrido. Si me quedo demasiado en el destino, me genera ansiedad y no disfruto el recorrido. Si solo pongo la atención en el recorrido, pierdo de vista mi objetivo. Ambos son muy importantes.
Cuando se trata de estimular el desarrollo de un niño o niña, los objetivos claros actúan como un GPS, proporcionando un rumbo a lo que hacemos.
Y así, "el recorrido se va transformando en el proceso."
Observar cada paso de ese recorrido, permitir que nos sorprenda, alegrarnos y disfrutarlo hacen que cada paso sea un logro, convirtiendo ese logro en un ancla que nos sostiene en el proceso mientras nos acercamos a nuestro objetivo. Pero puede ocurrir que algunos pasos sean desafiantes y difíciles de disfrutar. Pues bien, no tenemos por qué disfrutarlo todo, pero sí debemos estar atentos a esos momentos desafiantes, observándolos con atención e intentando comprenderlos para encontrar soluciones.
Lo que aspiramos a alcanzar son nuestros objetivos, trazamos nuestras
estrategias para lograrlos, considerando que el trayecto constituye el proceso completo. Este camino no siempre resulta sencillo ni siempre se vive con regocijo, pero es fundamental recordar que no estamos solos en esta travesía. Contamos con el apoyo mutuo, la comprensión y la colaboración, lo cual hace que cada paso, incluso en los momentos desafiantes, sea más llevadero y significativo.
Por Socorro Cornejo D´Andrea
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