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El Proceso hacia el Diagnóstico: Un Camino de Comprensión y Aceptación

El viaje hacia la comprensión y aceptación de un diagnóstico puede ser un camino desafiante y lleno de emociones para muchas familias. En Crianza Compartida, creemos en el poder de las historias personales para iluminar este proceso y ofrecer apoyo a quienes están en situaciones similares. Hoy, quiero compartir el conmovedor testimonio de Victoria, mamá de Beltrán, y reflexionar sobre los aspectos clave de su experiencia.


Reflexiones sobre el Proceso hacia el Diagnóstico

El testimonio de Victoria refleja profundamente el viaje de comprensión y aceptación que muchas familias enfrentan al recibir un diagnóstico de autismo para sus hijos. Quisiera profundizar en dos aspectos clave que emergen de su experiencia: el proceso de llegar al diagnóstico y el proceso de comprender a su hijo más allá del diagnóstico.


El Proceso hacia el Diagnóstico

El camino hacia el diagnóstico puede estar lleno de incertidumbres y desafíos. Para muchos padres, como Victoria, el inicio suele ser un momento de confusión, lleno de preguntas y miedos. Las conductas que inicialmente preocupan a los padres y maestros a menudo se convierten en el primer paso hacia la búsqueda de respuestas. Es un proceso que requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, una gran cantidad de apoyo emocional.


En el caso de Victoria, la intervención fue crucial. Ofrecer información y herramientas necesarias para comprender las necesidades de Beltrán, no hubieran sido suficientes sin una escucha atenta y empática.


Comprender a Mi Hijo Más Allá del Diagnóstico

Uno de los aspectos más transformadores del testimonio de Victoria es cómo aprendió a ver a Beltrán más allá de su diagnóstico. Este cambio de perspectiva es crucial para el desarrollo y bienestar del niño. Al enfocarse en las fortalezas y talentos de Beltrán, Victoria pudo fomentar un entorno de aceptación y amor, permitiéndole florecer en su singularidad.


Ayudé a Victoria a ver que el diagnóstico no era una etiqueta limitante, sino una guía para comprender mejor las necesidades y el mundo único de su hijo. Este enfoque permitió que tanto Victoria como Beltrán desarrollaran una relación basada en la confianza, la aceptación y el respeto mutuo.


Un Camino Compartido

El viaje de Victoria y Beltrán es un testimonio del poder de la colaboración y el apoyo en el proceso de crianza. Es un recordatorio de que, con el apoyo adecuado, cada desafío puede convertirse en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. En Crianza Compartida, creemos firmemente en la importancia de estos valores y nos esforzamos por crear un entorno donde cada familia pueda encontrar el apoyo y la comprensión que necesita.


Testimonio de Victoria

"Hace tiempo que tengo pendiente escribir este testimonio. Nunca era el momento perfecto, pero hoy sí lo es.


Beltrán hoy tiene 10 años. Empezamos a trabajar con Soco cuando él tenía 5 años, después de un llamado a reunión del colegio para decirnos que Beltrán mostraba conductas que les llamaban la atención: jugaba solo, le molestaban los ruidos, hablaba solo y era muy literal. Así arrancó nuestra aventura. Parece mentira que pasara tanto tiempo.


Trabajar con Soco fue un abrazo en un camino lleno de teoría y ninguna experiencia cercana. Muchas opiniones y nadie en mi piel. Llegamos a sus sesiones de Floortime ®, y con el correr del tiempo a mi lugar seguro en este aprendizaje. Ella conocía perfecto lo que Beltrán necesitaba, y lo que yo, como mamá, también. Salía de cada sesión sintiéndome la mejor mamá del mundo, la mamá que lo estaba dando todo para comprender, conocer y poder acompañar a Beltrán en sus desafíos, que no son ni más ni menos que ver y comprender el mundo de una forma diferente.


Las sesiones con ella fueron sobredosis de confianza en Beltrán y un trabajo silencioso conmigo donde iba creciendo una entrega natural a la situación que nunca imaginé llegaría a sentir. Con el paso del tiempo estaba aceptando que tenía un hijo autista y que necesitaba una mamá que lo acompañe y guíe en este camino sin pena. Aprendí a mirar a mi hijo con orgullo y con confianza. Soco siempre le decía: "Vos sos un genio, Beltrán".


Me entregué a su experiencia, a su mirada y opinión, y confié ciegamente en su manera, y en la mía con ella. Nos hicimos equipo. Con el tiempo empecé a incorporar mis propias herramientas y maneras, y a sentirme cada vez más segura en el cómo acompañar a Beltrán en su día a día, reforzando sus valores, dándole sus espacios y respetando sus procesos con mucho amor y paciencia.


Recuerdo siempre que cuando yo dudaba o me embarullaba, Soco me preguntaba: "¿Vos, qué querés para Beltrán?", y yo respondía: "Quiero que sea un niño feliz". Ella sabía el destino final de esta aventura, tenía claro el foco del proceso, de lo verdaderamente importante.


Soco fue el ser humano más importante en nuestra vida durante esos años. Fue la persona que nos abrigó con su calidez y su experiencia y nos hizo entender que no había un problema por resolver, sino condiciones de Beltrán que necesitábamos conocer y entender para poder acompañarlo en su desarrollo desde un lugar muy amoroso y humano.


Socorro fue vital para que hoy mi hijo esté teniendo una infancia feliz y yo ser también una mamá feliz. Logró que confiara en mí y en mi capacidad como mamá. Convenció a Beltrán de que puede todo lo que se proponga ser y hacer en la vida.


Todos los días agradezco haber tenido a Soco en nuestro camino. Mi persona raíz favorita a la que agradezco todos los días haberla tenido en esta aventura, y siempre me emociono cuando recuerdo este proceso, porque sé que sola nunca hubiera sido posible.

Con mucho amor y gratitud, Victoria Nogues".


Por Socorro Cornejo D´Andrea


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